24/2/13

"La trampa" + "El siglo del individualismo", dos series documentales de Adam Curtis

Comparto estas interesantes series documentales, con textos y vídeos que he encontrado (más en los enlaces) gracias a la generosidad de la red.

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La Trampa. ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad?
Capítulo 1 - ¡Que te den, compañero!




"La Trampa. ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad" es otra extraordinaria e imprescindible serie de Adam Curtis de la BBC, autor de "El siglo del individualismo" y "El poder de las pesadillas". Esta vez repasaremos la historia del último siglo hasta la actualidad desde el punto de vista de la lucha por la libertad.

El mundo de hoy es la herencia que nos ha dejado el paranoico período en el que se sumió la humanidad durante la Guerra Fría.

Tras acabar la Segunda Guerra Mundial los EE.UU celebraban la victoria y se esperaba el comienzo de una nueva era de prosperidad y libertad, tanto por el fin del Imperio Nazi como por la salida de la grave depresión de los años 30. Para evitar una nueva situación de crisis económica como aquella y proteger a la sociedad del capitalismo salvaje, ahora se empezaba a expandir la idea de que era el gobierno y no reducidas sociedades oligárquicas quién debía tomar las riendas de la economía y la política. 

Algunos economistas como el aristócrata austriaco Friedrich von Hayek estaban totalmente en contra de esta idea. Von Hayek decía que nos conducirían a la tiranía y al fin de la libertad como pasó en la Unión Soviética. Él creía que se debía establecer un sistema auto-dirigido y automático de mercado-libre donde la gente se moviera únicamente por sus propios intereses y donde el gobierno no cumpliera ninguna función. Pensaba que si todo el mundo fuera egoísta la sociedad progresaría más y sería mucho más libre. En un principio sus ideas fueron totalmente rechazadas, pero al poco tiempo la ciencia les otorgaría más credibilidad.

Para hacer frente a los soviéticos durante la Guerra Fría, los EE.UU desarrollaron un enorme sistema de vigilancia con radares y computadoras con el fin de anticiparse a los movimientos de sus enemigos. Para utilizar correctamente la información recolectada por el sistema de vigilancia se volcaron en la Teoría de Juegos. Esta teoría matemática había sido creada inicialmente para analizar juegos de póquer. Enfocaba el juego como un sistema donde los jugadores estaban encerrados juntos, cada uno pensando lo que el otro pensaba hacer. Servía para determinar de forma racional cuáles eran las mejores jugadas para cada individuo. A partir de esta teoría se intentaron crear modelos matemáticos en el centro militar de inteligencia RAND Corporation para predecir los movimientos de la URSS en respuesta a los suyos. De esta manera, en base a la Teoría de Juegos, tuvo lugar la era nuclear, donde los EE.UU llevarían a cabo constantemente estrategias para convencer a los soviéticos de que si atacaban, siempre tendrían los misiles suficientes para destruirlos por completo. Así se consiguió que los soviéticos no atacaran y se estableció un equilibrio que se denominó "el delicado equilibrio del terror". Por lo tanto, contrariamente a lo que podríamos pensar, es precisamente gracias a la gran escalada armamentística que hubo que no tuvo lugar la guerra nuclear. La Teoría de Juegos, que veía a los humanos como seres puramente egoístas y desconfiados, resultó ser muy útil y finalmente dio la victoria a los EE.UU.
El matemático John Forbes Nash (el de la película "Una mente maravillosa"), que sufría de esquizofrenia paranoide, extendió el concepto del equilibrio obtenido en la Guerra Fría al conjunto de la sociedad. Él pretendía demostrar que era posible conseguir una sociedad estable en base a esta teoría, donde los intereses de todos los individuos, vistos como jugadores de póquer que actúan de forma puramente racional y egoísta, interaccionaran entre sí y llegaran a un equilibrio mutuo. Recibió el Premio Nobel de Economía por sus teorías, que fueron comprobadas en la RAND Corporation. De esta manera, Nash contribuyó a inculcar en la sociedad una concepción simplificada del ser humano.

Estas ideas se expanderían definitivamente con el psiquiatra R.D. Laing. En la década de los 50 R.D. Laing diseñó nuevas técnicas para tratar la esquizofrenia que consistían en hablar con los pacientes. Con estas terapias sus pacientes mejoraron de forma drástica y fueron dados de alta. Pero al cabo de un año todos volvieron a ser ingresados en el hospital. Decidió entonces averiguar qué era lo que había provocado el ingreso de los pacientes tanto la primera vez como la segunda, y descubrió que el problema radicaba en la presión de la vida familiar. Para indagar más, estudió a fondo las relaciones familiares aplicando la Teoría de Juegos. Analizó todos los datos obtenidos con ordenador y obtuvo patrones que le mostraban que lo que normalmente vemos como actos de amabilidad y amor entre las parejas eran en realidad tácticas de control y poder del uno sobre el otro. Concluyó que una familia era como un tablero de estrategia donde cada sujeto jugaba sus cartas, y que el resultado era la estabilidad y la sociabilidad del sistema: "Las llamadas familias normales que estudié a través de este trabajo eran como hombres de las cavernas fuera de una cámara de gas. Las personas obligan a los niños para que se ajusten a la vida envenenándoles hasta un nivel de subsistencia al que llaman vida "

Él pensaba que éstos mismos conceptos de dominio y poder existentes a nivel familiar se podían extrapolar a nivel mundial. Se convirtió en uno de los líderes del movimiento contracultural para hacer ver a la gente que no se podía fiar realmente de ninguna de  las instituciones británicas creadas posteriormente a la guerra, que formaban parte de un sistema que quería controlar sus mentes y destruir su libertad.

Sus ideas fueron utilizadas por un grupo de economistas de derechas de la linea de von Hayek para derrumbar las instituciones públicas y establecer su sistema de poder basado en la Teoría de Juegos.

A principios de los 70, en medio de una gran crisis, los servicios burocráticos británicos empezaron a colapsar. Los políticos eran vistos como seres egoístas que no trabajaban para el interés público. Surgió entonces una teoría para derrumbar el mito del concepto de "interés público", la teoría de elección pública. Esta teoría estaba liderada por el economista James Buchanan y mostraba que en medio del aflujo masivo de intereses distintos que hay en una sociedad, no puede existir tal "interés público". Denominó a los que decían actuar en pro del bien común "Zealots" (fanáticos). Se explicó así el comportamiento egoísta de los políticos y burócratas que actuaban por su propio interés llevando al país al colapso. 

Mientras tanto Laing continuaba su asalto contra lo que él consideraba las élites corrputas, atacando esta vez a la autoridad psiquiátrica y el control que ésta ejercía. Se convirtió en uno de los líderes del movimiento anti-psiquiatría en Norteamérica. La psiquiatría según él, es una pseudociencia utilizada como herramienta política de control.
Una de las personas que asistieron a las conferencias que Laing ofrecía, el psicólogo David Rosenhan, quiso comprobar si Laing decía la verdad. Para verificar si los psiquiatras eran realmente capaces de distinguir entre locura y cordura se presentó junto a otras 7 personas sin antecedentes psiquiátricos a diferentes hospitales mentales haciéndose pasar por falsos enfermos. Tenían que decir que oían en su cabeza las palabras "vacío", "agujero" y ruidos sordos, pero por lo demás, debían comportarse de forma totalmente normal. El resultado fue espeluznante: todos ellos fueron diagnosticados como enfermos; 7 esquizofrénicos y 1 trastorno bipolar. A pesar de que los ocho confesaron que en realidad eran falsos pacientes, se tuvieron que pasar meses encerrados sin poder salir, teniendo que aceptar que estaban enfermos y siguiendo los tratamientos con drogas que les obligaron a seguir para poder darse de alta. Cuando este experimento salió a la luz publicado en la revista Science (ver el artículo aquí) se armó una gran polémica. Uno de los hospitales más prestigiosos retó a Rosenhan a que le sometiera a la misma prueba y que le fuese enviando falsos enfermos, que sus expertos ya los detectarían. Un mes después el hospital dijo que había detectado a 41. Rosenhan, en cambio, no había enviado a ninguno. La psiquiatría en Norteamérica se hundió. Se acabó con la visión de los psiquiatras como élite privilegiada con conocimientos especiales.
La éltie psiquiátrica, para hacer frente a esto, empezó a buscar nuevas formas de diganosticar a los pacientes de forma objetiva y más segura. Para ello se volcaron en el análisis matemático: en los números. Crearon categorías mensurables basadas en la observación del comportamiento visible de los sujetos. Se dieron nuevos nombres como "déficit de atención", "desorden de obsesión compulsiva"... Idearon un sistema en el que una computadora, basándose en todos los datos obtenidos de la observación, pudiera ofrecer el diagnóstico. Diseñaron cuestionarios para preguntar a los sujetos por las características del comportamiento que ellos creían que presentaban, respondiendo únicamente Sí o No. El ordenador daría el diagnóstico buscando patrones, decidiendo quién era normal y quién no. A finales de los 70, para probar el sistema, se enviaron entrevistadores con cuestionarios por todo los EE.UU. El resultado final del estudio fue dramático: más del 50% de la población tenía algún tipo de desorden mental. La conclusión a la que llegaron fue que había una epidemia oculta. Ahora, millones de personas, sin saberlo, sufrían todo tipo de desórdenes mentales.
Como consecuencia muchas personas empezaron a realizarse estos test ellos mismos para auto-diagnosticarse, ya que no hacía falta personal cualificado. Se empezó a definir así qué es un comportamiento y un sentimiento normal y qué no lo es. Se estaba creando un patrón, un ideal de persona normal a seguir para no ser considerado un enfermo mental.
"Los desórdenes y los formularios pasaron a ser una guía poderosa y objetiva para los sentimientos correctos y propios en la era del individualñismo y la emoción". Se trataba por lo tanto de una heramienta política de control surgida en respuesta al ataque que se produjo contra la élite psiquiátrica en nombre de la libertad. Con esta herramienta las mismas personas regularían su propio comportamiento en base a unas categorías dictaminadas de forma "científica" por el poder de los números.

En 1975 Margaret Thatcher fue elegida líder del Partido Conservador que, muy influenciado por las ideas de Buchanan, utilizó la teoría de la elección pública como base ideológica de su campaña. En 1979, cuando Thatcher pasó a ocupar el cargo de primera ministra del Reino Unido, al igual que en los EE.UU, se empezaron a utilizar modelos matemáticos para gestionar todos los ámbitos públicos. Se eliminaron las autoridaridades jerárquicas y se instauró un sistema de objetivos e incentivos para mejorar el rendimiento de los funcionarios, ya que se suponía que debían actuar de forma puramente egoísta y racional. La nueva técnica de gestión se llamaba "Análisis de sistemas" y había sido creada por Alain Enthoven, un ex-miembro de la RAND Corporation. Se basaba en métodos objetivos y racionales, no morales, emotivos o sentimentales.  A este sistema se le denominó "Mercado Interno" ya que no era nada más que una simulación matemática del Mercado-libre que supuestamente debía ofrecer mucha más libertad a los empleados públicos, aunque los resultados luego hayan sido desastrosos. Se simplificó por lo tanto a los individuos: "Hay esta visión de estos individuos humanos aislados, de que son tan solo procesadores de información sin emociones. Las personas no obtienen sus objetivos participando en política, desde sentimientos emocionales de algo mas grande. Nada de esto se permite en este particular teorema". Más tarde esta limitada idea de libertad sería expandida a los políticos, acabando definitivamente con la democracia y dando lugar a la "corrupción, la austeridad y un aumento dramático de la desigualdad".
Todo esto es explicado en el siguiente documental, "Jode a tu compañero", que es el primero de los tres que constituyen esta explosiva e increíble serie de Adam Curtis.


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La Trampa. ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad?
Capítulo 2 - El robot solitario 




"El Robot Solitario" es la segunda parte de la imprescindible serie de Adam Curtis "La Trampa: Qué sucedió con nuestro sueño de libertad".
Este episodio nos cuenta la historia de como en los años 90 los políticos tanto de derecha como de izquierda trataron de extender un ideal de libertad basado en la libertad del mercado para todas las áreas de la sociedad. Esto era algo que ni siquiera el gran gurú del capitalismo, Adam Smith, lo pensó posible o apropiado. Pero ahora era visto como inevitable. En su base está un modelo científico de nosotros mismos: Robots simplificados. Seres racionales y calculadores cuyos comportamientos e incluso los sentimientos pueden ser analizados y manejados por números. Pero lo que resultó fue todo lo contrario de la libertad. Los números tomaron control por sí mismos y comenzaron por crear nuevas formas de control, mayores desigualdades y el retorno de una rígida estructura de clases basada en el poder y el dinero. 

Hemos vuelto por lo tanto a las ideas de finales del siglo XVIII cuando se creía que el capitalismo debía administrar la sociedad, pero con la diferencia que ahora no se hacen distinciones entre los intereses del mercado y otras áreas de la vida social y política que implican lo que Adam Smith denominó "sentimientos morales."
"Lo que iba a ocurrir a finales del siglo XX era algo que nunca había sido intentado antes. La idea de democaracia habia sido tomada por un modelo económico simplificado de los seres humanos. Y en el proceso la libertad fue redefinida para significar nada más que la capacidad de los individuos para lograr todo lo que quisieran."

A partir de la teoría de la elección pública de Buchanan (que derivaba de la Teoría de Juegos aplicada por los estrategas nucleares estadounidenses a principios de la guerra Fría) que destruía el "mito" del interés público y veía a los políticos como simples hombres de negocios, durante la década de los 90 tras el fin de la Guerra Fría se empezaron a establecer en Gran Bretaña sistemas en todos los ámbitos públicos que emulaban al sistema de mercado libre y que buscaban la individualización de los funcionarios para convertirlos en meros procesadores de información. 

Esta concepción tan simplificada del hombre como un ser puramente egoísta y racional había sido reforzada a través de distintas teorías científicas de gran relevancia:

En uno de los artículos más visitados de Ciberpensadores, "¿Somos una simple herramienta del ADN?" planteamos si los humanos estamos totalmente controlados por nuestros genes. Pues bien, esta questión tiene origen a inicos de los años 70 cuando comienza la revolución genética, que se encargó de extrapolar a la biología la Teoría de Juegos. Procede en concreto de la Teoría del Gen Egoísta desarrollada por el famoso biólogo Richard Dawkins, que presenta a los humanos como simples herramientas del ADN. Lo cierto es que este concepto tan determinista no es más que el resultado de una visión finalista que intenta darle una finalidad a todo y acaba conduciendo irremediablemente a la simplificación. Precisamente las últimas investigaciones científicas están demostrando que el determinismo genético es falso.

Pero esta teoría tuvo un gran éxito en su momento cuando se dio a conocer y de hecho ha tenido grandes implicaciones para nuestra sociedad, reforzando la idea del ser humano como una simple computadora guiada por números.

Esta teoría estaba apoyada por un experimento que se realizó con la comunidad indígena Yanomami del Amazonas, considerada como una de las sociedades más violentas de la tierra. Se hizo un estudio sociológico tomando todos los datos sobre cada uno de los individuos que la componían y sus comportamientos. Los datos fueron procesados por una computadora y se pudo observar un patrón muy interesante: Cuando los Yanomami se peleaban entre ellos, se podía ver como aquellos individuos con una base genética más parecida tendían a defenderse, mientras que pasaba lo contrario con aquellos con ADN más distintos (sabiendo que el parecido genético en su caso no estaba relacionado con el parentesco). Pero hay algo que el científico que había llevado a cabo el experimento, Napoleón Chagnon, no había tenido en cuenta: años más tarde un grupo de antropólogos advirtió que tales patrones de violencia solo se ponían de manifiesto cuando los indígenas entraban en contacto con los occidentales. Éstos les estaban ofreciendo distintos regalos como machetes mientras realizaban la investigación, de manera que en realidad lo que sucedía es que varias facciones luchaban entre ellas por la posesión de esos objetos.

Tenemos por lo tanto la intrusión en la sociedad de un nuevo modelo del ser humano que había quedado simplificado a todos los niveles: político, económico, biológico...

Partiendo de este modelo empezaron a surgir nuevas herramientas de control de la población encaminadas a regular los parámetros que determinan el comportamiento y los sentimientos de cada individuo-máquina. Y precisamente unos de "los técnicos de esta nueva idea serían los psiquiatras y las empresas farmacéuticas, que liberarían a las personas de las terribles ansiedades que había en su interior" bajo el poder objetivo de los números. Como ya vimos en el anterior artículo, según sus formularios y los modelos matemáticos obtenidos por computadora, ahora a inicios de los años 90, el 50% de la población norteamericana tenía algún tipo de desorden mental. Las farmacéuticas entonces crearon un fármaco para curar tales desórdenes, el SSRI, conocido mundialmente como Prozac tras enormes campañas publicitarias, que actuaba en los circuitos del cerebro reajustando los niveles de serotonina. Muchos profesionales empezaron a argumentar que en realidad se estaba creando un patrón de persona ideal a seguir mediante aquellos métodos de diagnóstico y que, las personas que no encajaban, eran medicadas. Además, como la misma gente se auto-diagnosticaba con los cuestionarios y no quería estar fuera del modelo ideal, se dirigía al médico corriendo a pedir que le recetara Prozac para sus problemas. Y fue entonces cuando algo sorprendente ocurrió: el mismo hombre que había diseñado el sistema de formularios para diagnosticar personas, Robert Spitzer, un prestigioso psiquiatra de Norteamérica, "admitió que podía estar llevando a millones de personas a creer que tenían desórdenes cuando no los tenían. Los sistemas solo contemplan los sistemas visibles que excluyen deliberadamante cualquier comprensión de la vida del paciente. A causa de eso, confunde verdaderos desórdenes psicológicos con sentimientos humanos normales como la tristeza y la ansiedad."

Robert Spitzer:"Lo que pasó fue que hicimos evaluaciones de desórdenes mentales totalmente descriptivas sin considerar que muchas de estas reacciones podían ser reacciones normales que en realidad no son desórdenes" 

"Lo que estaba sucediendo es que gran parte de las experiencias normales como la preocupación, la desilusión o la soledad habían sido clasificadas como desórdenes mentales. Y en el proceso un nuevo sistema de control estaba emergiendo. Las drogas quitaban esos sentimietnos complejos y difíciles e hicieron a los individuos más felices, pero también los hizo seres más simples, más fáciles de predecir y manejar y próximos a las criaturas mecánicas de los modelos económicos."
Posteriormente, la misma trampa a la que nos condujeron los modelos matemáticos en el campo de la psiquiatría aparecería en el ámbito político y social, donde también se habían aplicado modelos numéricos:

En un sistema de objetivos e incentivos establecido a nivel de servicios públicos donde los funcionarios podían ser sancionados y castigados si no alcanzaban las metas que se les imponían, la gente optó por utilizar ingeniosas maneras de hacer trampa para que las estadísticas mostraran los resultados esperados. El sistema sanitario británico, el educativo, la policía, etc. se convirtieron en servicios corruptos preocupados por ofrecer buenas estadísticas a pesar de los desastrosos métodos que utilizaban para obtenerlas. Las cifras de cara a la opinión pública era lo único que realmente importaba, aunque no mostraran la realidad. Para solucionar esto, el gobierno encima estableció modernos métodos de vigilancia y control de los trabajadores.

Al final, la supuesta libertad que nos debía traer el libre mercado ha derivado en todo lo contrario: una sociedad más estratificada, rígida y desigual que nunca desde hacía siglos, con una idea simplificada del hombre que proviene de la Teoría de Juegos y sobre la cual, su propio inventor John Nash, tras recuperarse de la esquizofrenia paranoide que sufría, ha reconocido que no tiene nada que ver con la complejidad de los verdaderos seres humanos. Según la Economía del Comportamiento "tan solo dos grupos en la sociedad se comportan realmente de forma racional y egoísta en todas las situaciones experimentales: uno son los propios economistas, el otro, los psicópatas."

Estos últimos años todos los fundamentos e ideas acerca de que el mercado libre puede crear una sociedad equilibrada, ordenada y estable se están derrumbando, y empieza a resurgir el concepto de un economía controlada donde los políticos vuelvan a cobrar la relevancia y el poder que poseían antes.

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La Trampa. ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad?
Capítulo 3 - Te forzaremos a ser libre   


“Te forzaremos a ser libre” es la tercera y última parte de la increíble serie de la BBC de Adam Curtis “La Trampa: Qué le ocurrió a nuestro sueño de libertad”. En las dos partes anteriores vimos como se inculcó en la sociedad una idea simplificada del hombre como máquina puramente egoísta y racional, a partir de la cual se establecieron patrones de comportamiento y sistemas de control de la población basados en la “objetividad” de la ciencia. 

Esta vez haremos un repaso de la historia moderna del concepto de libertad para desmontar la idea de falsa libertad que tenemos hoy en día y desenterrar un ideal que los más poderosos se han visto obligados a esconder para que la gente lo olvide.

Se trata de un ideal que inspira a las personas. Ofrece esperanza y significado de un modo que nuestra limitada versión de la libertad fue deliberadamente diseñada para excluir”.



En los años 50, Isaiah Berlin, uno de los pensadores liberales más importantes del siglo XX, definió dos conceptos de libertad muy distintos que según él surgieron durante la Revolución Francesa: la Libertad Positiva y la Libertad Negativa.

La Libertad Positiva nació de la creencia de aquellos líderes revolucionarios de que para ser verdaderamente libres las personas debían ser transformadas, y solo los líderes sabrían cómo debía ser ese ideal de los seres humanos y cómo podía ser creado”. Esto para Berlín significaba que las masas debían ser persuadidas y forzadas, lo que conduciría inevitablemente al uso de la violencia, al terror, al horror y a todo lo opuesto a la libertad, como ocurrió en la Unión Soviética

La Libertad Negativa, defendida por Berlin en contraposición a la Positiva, “era la libertad de los individuos para hacer lo que quisieran. Y nada más." Debía haber leyes y gobiernos con un poder muy limitado y restringido "para garantizar que las acciones individuales no interferían con la libertad de los demás”. Pero este concepto de libertad encaja precisamente con la idea de sociedad en equilibrio matemático constituida por seres simplificados y egoístas. Por lo tanto “lo que Berlín hizo fue dar a esta visión un sentido de destino y una inevitabilidad histórica”.

En definitiva, estaba diciendo que la Libertad Negativa “era la única alternativa segura para Occidente durante la Guerra Fría”, poniendo fin a todas las tentativas revolucionarias que desencadenarían un desastre.



Con el tiempo la corrupción derivada de la Libertad Negativa provocó el resurgimiento de la idea de Libertad Positiva en los países del Tercer Mundo en forma de insurrecciones violentas contra las potencias colonialistas que los oprimían (y continúan oprimiendo mediante el neo-colonialismo). Tales revoluciones y batallas por la independencia que comenzaron en Argelia en la década de los 50 estaban influenciadas por las ideas del filósofo occidental Jean-Paul Sartre y las del revolucionario Frantz Fanon. Ambos creían que los individuos debían escapar de la triste ilusión de libertad impuesta por esta sociedad opresora controlada por la burguesía a través de la violencia revolucionaria. “Inspiraron a líderes como Ché Guevara, Yasser Arafat, Steve Biko”... 

Pero este tipo de violencia revolucionaria derivó en catástrofes como las oleadas de violencia terrorista en Europa o las masacres perpetradas por el régimen comunista de Pol-Pot en Camboya. 

Tal caos generaron todas estas revoluciones que se“comenzó a desestabilizar el equilibrio de poder en el mundo, lo que iba inevitablemente a entrar en conflicto con América y su lucha contra el Comunismo”. Para combatir este problema los EE.UU. decidieron que su deber sería el de esparcir el ideal de Libertad Negativa por todo el mundo por la fuerza, fuera como fuera. De esta manera Norteamérica ha ido respaldando e imponiendo hasta el día de hoy todo tipo de dictaduras genocidas y tiranos por todo el mundo para contener todas aquellas fuerzas revolucionarias a las que teme. Más tarde los neo-conservadores modificarían un poco esta doctrina aludiendo que respaldar a regímenes genocidas atentaba contra los ideales de libertad estadounidenses, por lo que el deber de los EE.UU debía ser el de exportar su democracia por todo el mundo. Así pues, mientras por un lado respaldan e imponen terribles dictaduras por todo el planeta, por el otro imponen su “democracia” mediante la “gestión de la percepción” (propaganda) y cruentas guerras  sin tener en cuenta la opinión de los pueblos. Tenemos los ejemplos recientes de Libia y Siria, así como el de Nicaragua a inicios de los 80. En Nicaragua los EE.UU derrocaron a los sandinistas mediante ejércitos de mercenarios llamados “Contras” a los que financiaban con el dinero obtenido de vender armas a los líderes de la revolución Iraní. Esta revolución había derrocado en 1.979 al Sha de Irán, Mohammad Reza, aliado de los EEUU. La revolución liderada por el ayatolá Jomeini estaba basada en las ideas del sociólogo Alí Shariati, quién fundió los pensamientos de Paul Sarte y Fanon con los del Islam chií. El islam chií desde entonces se transformó en una importante fuerza política.



Finalmente con la caída de la URRSS y del comunismo en el mundo, la “democracia” y la idea de Libertad Negativa vencieron. El triunfo de estas ideas empezó con la reestructuración capitalista de la Rusia de Borís Yeltsin. Tales reformas basadas en la doctrina del shock llevaron al surgimiento de una nueva élite de oligarcas como Borís Berezovsky que acapararon todo el dinero y el poder. Éstos se encargaron de crear una pobreza tan grande  en el país que no tardó en llegar el nacionalismo y la subida de Vladímir Putin. Putin arrestó a los oligarcas e impuso el orden, dando un duro golpe a la Libertad Negativa.

A partir de los atentados de 2001 una coalición formada por neo-conservadores del gobierno Bush junto a Tony Blair y José María Aznar iniciaron una nueva ofensiva en el Norte de África y Medio Oriente para imponer sus ideas de libertad y democracia. Esta ofensiva dura hasta nuestros días y, en el contexto del surgimiento de un nuevo orden multipolar en el que China y Rusia juegan un papel crucial, está llevando al planeta a una situación de mucho peligro.



Hay una cosa que hace a nuestra libertad de hoy diferente de la Libertad Positiva. La Libertad Positiva es guiada por la visión de que la libertad es por o para algo. La libertad para hacer o convertirse en algo nuevo a partir de lo cual surgirá un mundo mejor.  La Libertad Negativa no tiene tal visión. No es para cosa alguna. En su centro no tiene propósito alguno más allá de mantenernos libres de cualquier obligación o daño innecesario. Y recurriendo a la fuerza para crear un mundo basado en al Libertad Negativa los revolucionarios democráticos realmente llevaron a millones de personas en el planeta a un mundo sin propósito ni significado. 

Este ideal de libertad es aún retratado por muchos políticos y comentaristas influyentes como un absoluto universal. Asumen que es solo cuestión de tiempo que se extienda por todo el mundo. Pero esto puede no ser verdad. [...]

Nuestro gobierno se sostiene en el modelo económico simplista de los seres humanos que permite el aumento de la desigualdad y no ofrece nada positivo pese a las fuerzas reaccionarias que ayudaron a evocarlo por todo el mundo. Si queremos escapar de esta limitada visión del mundo, tendremos que re-descubrir las progresistas ideas positivas de la libertad y darnos cuenta que Isaiah Berlin estaba equivocado. No todos los intentos de cambiar al mundo para mejor conducen a la tiranía” 

Y así lo está demostrando hoy al mundo entero parte de América Latina, empezando por la revolución bolivariana que están librando Hugo Chávez y el pueblo venezolano de forma pacífica y democrática.

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La trampa. ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad? (2007) Adam Curtis
http://en.wikipedia.org/wiki/Adam_Curtis
http://ciberpensadores.blogspot.com.es/2012/07/la-trampa-que-sucedio-con-nuestro-sueno.html
http://www.blogsandocs.com/?p=580


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El siglo del individualismo (2002) Adam Curtis (subtitulado español)

http://vimeo.com/51120942 1- Máquinas de felicidad

http://vimeo.com/55735211 2- La ingeniería del consentimiento

http://vimeo.com/55740954 3- Hay un policía en nuestras cabezas que debe ser destruido

http://vimeo.com/54171635 4- Ocho personas bebiendo vino en Kettering



(dejo un texto, english, sobre la serie) 

The Century of the Self

The Untold History of Controlling the Masses Through the Manipulation of Unconscious Desires  (2002) Adam Curtis



"The conscious and intelligent manipulation of the organized habits and opinions of the masses is an important element in democratic society. Those who manipulate this unseen mechanism of society constitute an invisible government which is the true ruling power of our country.



 We are governed, our minds are molded, our tastes formed, our ideas suggested, largely by men we have never heard of. This is a logical result of the way in which our democratic society is organized." - Edward Bernays



THE CENTURY OF THE SELF



 Adam Curtis' acclaimed series examines the rise of the all-consuming self against the backdrop of the Freud dynasty.



 To many in both politics and business, the triumph of the self is the ultimate expression of democracy, where power has finally moved to the people. Certainly the people may feel they are in charge, but are they really? The Century of the Self tells the untold and sometimes controversial story of the growth of the mass-consumer society in Britain and the United States. How was the all-consuming self created, by whom, and in whose interests?



 The Freud dynasty is at the heart of this compelling social history. Sigmund Freud, founder of psychoanalysis; Edward Bernays, who invented public relations; Anna Freud, Sigmund's devoted daughter; and present-day PR guru and Sigmund's great grandson, Matthew Freud.



 Sigmund Freud's work into the bubbling and murky world of the subconscious changed the world. By introducing a technique to probe the unconscious mind, Freud provided useful tools for understanding the secret desires of the masses. Unwittingly, his work served as the precursor to a world full of political spin doctors, marketing moguls, and society's belief that the pursuit of satisfaction and happiness is man's ultimate goal.



Please Note: Viewers should be sure to read Ludwig Von Mises' 'The Anti-Capitalist Mentality' to balance the socialistic elements of this film.



 This film was produced by BBC which is Britain's government run news channel, therefor it downplays the evils of government and plays up the vices of business. The enemy is not capitalism or 'consumption' but government and its insidious propaganda. Mass produced goods enrich society because they reduce the amount of time a person has to work to satisfy one's essential needs. Government propaganda debases society because it is used as an excuse for everything from murderous wars of aggression to oppressive economy killing taxation and regulation. When a business sells you something voluntarily you will only buy it if you think the product is worth more than the price you have to pay for it. When the government propagandizes you they are merely giving you excuses to submit to their use of force which will be bearing down on you whether you like it or not. The two are very different and this film does a disservice by confusing them. That said, it's important to understand the propagandists who serve to justify the crimes of the state. Selling someone a product they don't truly need hurts no one, selling people on a war they don't need gets millions of people murdered and destroys entire societies. - Chris, InformationLiberation



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One: Happiness Machines



The story of the relationship between Sigmund Freud and his American nephew, Edward Bernays. Bernays invented the public relations profession in the 1920s and was the first person to take Freud's ideas to manipulate the masses. He showed American corporations how they could make people want things they didn't need by systematically linking mass-produced goods to their unconscious desires.



Bernays was one of the main architects of the modern techniques of mass-consumer persuasion, using every trick in the book, from celebrity endorsement and outrageous PR stunts, to eroticising the motorcar.



His most notorious coup was breaking the taboo on women smoking by persuading them that cigarettes were a symbol of independence and freedom. But Bernays was convinced that this was more than just a way of selling consumer goods. It was a new political idea of how to control the masses. By satisfying the inner irrational desires that his uncle had identified, people could be made happy and thus docile.



It was the start of the all-consuming self which has come to dominate today's world.





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Two: The Engineering of Consent



 The programme explores how those in power in post-war America used Freud's ideas about the unconscious mind to try and control the masses.



 Politicians and planners came to believe Freud's underlying premise - that deep within all human beings were dangerous and irrational desires and fears. They were convinced that it was the unleashing of these instincts that had led to the barbarism of Nazi Germany. To stop it ever happening again they set out to find ways to control this hidden enemy within the human mind.



 Sigmund Freud's daughter, Anna, and his nephew, Edward Bernays, provided the centrepiece philosophy. The US government, big business, and the CIA used their ideas to develop techniques to manage and control the minds of the American people. But this was not a cynical exercise in manipulation. Those in power believed that the only way to make democracy work and create a stable society was to repress the savage barbarism that lurked just under the surface of normal American life.



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Three: There is a Policeman Inside All Our Heads: He Must Be Destroyed



 In the 1960s, a radical group of psychotherapists challenged the influence of Freudian ideas in America. They were inspired by the ideas of Wilhelm Reich, a pupil of Freud's, who had turned against him and was hated by the Freud family. He believed that the inner self did not need to be repressed and controlled. It should be encouraged to express itself.



 Out of this came a political movement that sought to create new beings free of the psychological conformity that had been implanted in people's minds by business and politics.



 This programme shows how this rapidly developed in America through self-help movements like Werber Erhard's Erhard Seminar Training - into the irresistible rise of the expressive self: the Me Generation.



 But the American corporations soon realised that this new self was not a threat but their greatest opportunity. It was in their interest to encourage people to feel they were unique individuals and then sell them ways to express that individuality. To do this they turned to techniques developed by Freudian psychoanalysts to read the inner desires of the new self.



 [InfoLib Note: The portrayal of Wilhelm Reich in this film is completely wrong, Wilhelm Reich was one of the greatest men to ever live, check out his book "Listen, Little Man!"]



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Four: Eight People Sipping Wine in Kettering



 This episode explains how politicians on the left, in both Britain and America, turned to the techniques developed by business to read and fulfil the inner desires of the self.



 Both New Labour, under Tony Blair, and the Democrats, led by Bill Clinton, used the focus group, which had been invented by psychoanalysts, in order to regain power. They set out to mould their policies to people's inner desires and feelings, just as capitalism had learnt to do with products.



 Out of this grew a new culture of public relations and marketing in politics, business and journalism. One of its stars in Britain was Matthew Freud who followed in the footsteps of his relation, Edward Bernays, the inventor of public relations in the 1920s.



 The politicians believed they were creating a new and better form of democracy, one that truly responded to the inner feelings of individual. But what they didn't realise was that the aim of those who had originally created these techniques had not been to liberate the people but to develop a new way of controlling them.

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